El otro día escuché a la escritora y conferencista Covadonga Pérez, hablar sobre una moción social muy tóxica, que supone que cuando una persona tiene pareja es porque algo anda bien y cuando no es porque algo anda mal.  La verdad es que en tiempos como los actuales, cuando contamos con tanta información hasta científica que contradice lo anterior, ya no nos luce como sociedad este mito.  Y lo más bonito es que erradicarlo es que es sumamente liberador para todos, al ser una invitación general a buscar y encontrar la plenitud, teniendo o no pareja.  Diferentes y magníficos profesionales como Walter Riso, Alonso Puig nos insisten en sus obras a distinguir entre el hecho de tener o no tener pareja y el hecho de tener o no salud emocional y psicológica.  Porque la verdad es que dependiendo una suma de elementos variadísimos, como nuestro momento evolutivo, nuestra personalidad, una pareja nos puede sumar o restar.  Comprobado está que ser pleno depende mucho más de amarse a uno

 Hoy soñé con vos, y como de costumbre no te vi, solo te sentí, en la naturaleza te palpé tan vivo, no hizo falta nada.  Me abrazaste el alma y yo explotaba de amor, de felicidad.  No había un rastro de miedo.  Me sentí totalmente plena por el sólo hecho de existir para vivir ese momento.  Te acaricie en la montaña, en el aire que respiraba.  Hoy te sentí en mi corazón que palpitaba y gritaba: ¨gracias¨.  Y me desperté recordando que tenía razones para llorar, pero en mis lágrimas tambien estabas, me permitiste ver todo de nueva manera, abrazando y amando mi humanidad.  Entonces mis lágrimas me limpiaron el alma.  Con vos reír y llorar es estar vivo, ya no necesito fiestas para darme cuenta que en tu luz nada es una tragedia.  La paz es más alegre que la misma alegría porque es libre, no depende de nada.  Me atrevo a decir que en esa libertad está la Gloria.  Permites la alegría efímera fuera de vos, pero la verdadera Gloria, esa que se experimenta de la piel par