Aunque suene paradójico hacés mi vida mas preciada. Algún día te tuve miedo pero hoy entiendo que fue todo un malentendido, Dios no se equivocó en nada, ni tan siquiera con vos. La verdad es que cumplís una función mágica.  Nos recordás que esto no es un ensayo, es el verdadero show, hoy es el día para amar, abrazar, para decir lo que sentimos, para intentar, para luchar, para poner al cruel en su lugar, para decir gracias al amable y servicial.  En realidad es liberador saber que en este mundo todo es temporal y nadie comunica eso mejor que vos.  Si hay alguien con la capacidad de develar que al final todos somos iguales, esa sos vos.  El sabio, el necio, el delicuente, el pobre, el rico, ante tu realidad somos lo mismo, y aunque nacemos en circunstancias distintas, todos tenemos la certeza de un día tener que enfrentarte.  Pero nada de eso oscurece mi vida, todo lo contrario, contemplarte me hace sentir más agradecida por cada latido de mi corazón.  Vivo intensamente,

 Algo así como el silencio que no se hace sentir ni pide agradecimiento, pero espera constante su momento para ser esencial.  Ese has sido vos.  Con esfuerzo mantuviste las bases de nuestra casa, pero más que eso, nos diste una imagen de cabeza de hogar que alimentó la fe en que el bien siempre podría más.  Nos mantuviste unidos silenciosamente, sedientos del calor de hogar que diseñaste con mi madre, sin ingredientes artificiales, puro trabajo diario, humildad y deseos de superación.   Te has asegurado de que nada nos falte, pero nunca nos compraste, o endulzaste con halagos, lo tuyo es el respeto y la honestidad.  Yo creo que para ser como vos primero hay que ser feliz, tu andar por la vida, dependiente de nada, amable con todos, sólo lo consigue quien está en paz con su interior.  Cuando Dios te eligió como nuestro padre, decidió darnos la fuerza de la concordia, y con los años aprendí que no hay ninguna mayor.  Yo te celebro todos los días cuando me acuerdo de dónde v