Me venís a decir que te sentís fracasado y yo quedo muda ante lo que me parece la más grande incoherencia.  No puede ser fracasado alguien tan amado.  Deberías de ver que la grandeza de los logros que te rodean, son los que hacen que un fallo llame tanto la atención de tu propia mente.  Es que estás acostumbrado a triunfar de las maneras más sublimes.  Tu nobleza y humildad innatos te han hecho ganar cariño por donde caminés.  Tu transparencia te ha hecho ser la persona de confianza de muchos, y la mía tambien.  Tu amor y empatía te han abierto siempre nuevos caminos.  Y decís que te sentís fracasado.  ¿Qué es mayor que un gran ser humano?  Pero incluso a los más grandes a veces no le salen los planes, eso sí.  Las cicatrices son mucho más comunes en los guerreros que en los falsos reyes que no se involucran con ninguna causa.  Y claro, es más fácil sentirse invicto cuando no se juega ningún partido.  Pero cuando se exploran y explotan las propias capacidade

  En este tiempo siento que cada luz navideña, cada atardecer asoleado, me recuerdan que no vine a este mundo a posar ni a ensayar, ningún minuto se repite y eso es un mensaje claro del Creador.  Para disfrutar de la suntuosidad de una tarde de verano no hace falta esperar a que nada pase o deje de pasar, sólo se necesitan un par de ojos dispuestos y un corazón en el momento presente.   Por eso de mi parte decido vivir este tiempo mágico sin exigencias de ningún tipo, sólo percibiendo a plenitud el misterio del portal de Belén.  Persiguiendo y distinguiendo lo mejor y mayor, la vida, el amor, la paz que de ese momento y para la eternidad manarían de un sí a Dios, aún en medio del frío y la intemperie.  Mi consigna no será cargada ni difícil, viviré cada encuentro y celebración recibiendo en mi corazón la gloria en la sencillez, porque eso es la navidad. Foto: Carolina Ureña  Es mucho menos de lo que la gente tanto hace, pero mucho más de lo que en realidad sienten.  Es

Si no sos quien pone comida en mi mesa, ¿por qué cuestionás mi utilización del tiempo? Si mi entorno te entretiene al punto de investigarlo, ¿por qué lo criticás tanto? Si no sos luz en mi vida, ¿cómo estás seguro de poder determinar los puntos negros en ella? Gracias a Dios no necesito de tu aprobación, que de todas formas no depende de lo que yo haga o deje de hacer, si no de tu imaginación. Porque de lo que vos harías con mis oportunidades es de lo que habla tu boca. Pero no de mi realidad, no de lo que persigo a cada instante para la paz de mi existir. Recordá y tené muy claro que por siempre seré quien yo decida ser, no quien vos decidiste creer que soy. Por eso de corazón te digo que no hay rencor y te deseo una vida plena. Con respeto, Carolina. Foto: Mauricio Mora.