Aún cargo mi ¨bultico¨, aunque no me sienta orgullosa de él, mientras termino de identificar y liberar una piedra, otra nueva se asoma. Y así vamos mi bultico de piedras y yo.  Y ojalá todo el tiempo le sacara cositas, a veces más bien recojo granitos y otras riscos que ni sabía podían caber ahí.  Pero he descubierto que su carga trabaja también números negativos, y que el peso que antes me unía al piso, me puede alivianar hasta elevarme por encima de él.  Alivianar mi ¨bultico¨ fue el súper poder que me dio el Creador, esa fue su manera de permitirme volar tan alto como decidiera yo.  Mientras esté viva podré seguir soltando todo lo que mi humildad me permita reconocer.  ¨La verdad os hará libres¨, cada grano en mi ¨bultico¨ es mi realidad y el sólo hecho de aceptarla y enfrentarla me libera.  Y aunque a veces odio con todas mis fuerzas al bendito ¨bultico¨, en hacer las pases con él encontré mi libertad y alegría.  Por eso, más allá y encima de cada piedra en el camino

- Pero the brillan los ojos, ¿andás enamorada?   - Sí, demasiado y si querés te hablo de eso, pero te advierto que las lagrimas pueden salir. Me enamoré de un ser mágico que de la muerte sacó vida a punta de enseñanzas. De un ser que depende sólo de Dios, y no podría hacer a escondidas lo que no haría frente a una tribuna porque defraudaría a su Rey y Señor que todo lo ve y todo se lo da. Confío ciegamente en su pureza porque no la sostiene por razones morales, si no simplemente para ser feliz. He sido testiga de sus batallas internas para mantenerse ahí y confío que no habrá tormenta capaz de sacarla del castillo interior que construyó a base de luz y presencia, porque solo ahí ella es plena. Fijate que me enamoré de mí.