Si no sabés bien, mejor no me señalés

Si no sos quien pone comida en mi mesa, ¿por qué cuestionás mi utilización del tiempo?

Si mi entorno te entretiene al punto de investigarlo, ¿por qué lo criticás tanto?

Si no sos luz en mi vida, ¿cómo estás seguro de poder determinar los puntos negros en ella?

Gracias a Dios no necesito de tu aprobación, que de todas formas no depende de lo que yo haga o deje de hacer, si no de tu imaginación.

Porque de lo que vos harías con mis oportunidades es de lo que habla tu boca.

Pero no de mi realidad, no de lo que persigo a cada instante para la paz de mi existir.

Recordá y tené muy claro que por siempre seré quien yo decida ser, no quien vos decidiste creer que soy.

Por eso de corazón te digo que no hay rencor y te deseo una vida plena.

Con respeto,
Carolina.

Foto: Mauricio Mora.