Mamita, qué bendición volver a vos

 Mamita, la vida a veces me ha llevado a cientos de kilómetros de tu calor, y las dos lo aceptamos con tranquilidad y melancolía, es la ley de la vida.

 Pero hoy tenés que saber que nunca fue fácil, a pesar de que soy independiente es difícil dejar de disfrutar de la belleza de quien baila por el mundo sembrando amor.

 Dejar de apreciar tu capacidad de asombro, me recordó lo muerto en vida que a veces está el mundo.

 Conocí playas pero en ninguna vi a una ninfa tan hermosa como vos en su bikini, despreocupada por completo de su figura y solo atenta al atardecer.

 Todos tomamos decisiones y yo de la mía, de volver a estar cerquita tuyo, no me arrepiento.

 Hoy te ando rondando y se me hincha el corazón de saber que dos seres que se aman mutuamente tanto como nosotras dos, ahora puedan sentarse a tomar un café juntas a menudo, esos encuentros sanan al mundo herido.

 Una sola cosa te pido en nombre de tu familia que te ama con devoción, danos la satisfacción indescriptible de verte siendo feliz tan a menudo como podás.

 Con amor,
 Carolina.