Una vez más Él...

 En este inicio de año quise apostarle todo a ese poder que una vez tras otra ha probado ser en mi vida lo mejor, así que dejé la lista de metas en blanco y le pedí a Dios que escribiera lo que Él quisiera:

Recibe a todo el que llegue a tu vida con un corazón limpio de prejuicios, no malgastes tu energía en juzgar a nadie ni a vos misma.

Enfoca toda tu fuerza en distinguir a la luz para envolverte de ella y a la oscuridad para detenerla antes de que te toque.

 Sentí que este año Dios me invitó a crecer sin medida en todo lo que me plenifique y que para ello es necesario que entienda que la lucha nunca es contra las personas, si no contra la oscuridad que en alguna ocasión u otra nos habita a todos.

 Quiero recordar a cada paso de este año que nadie desea de corazón llenarse de oscuridad, pero el miedo es un usurpador de primera que se vale del más mínimo descuido para sembrar sus frutos, siempre oscuros.

 Una vez más Él me envuelve en su ternura y me redirecciona con mano amorosa.

 Una vez más Él me instruye a ser plena, feliz, a volar libre del sin sentido de categorizar, clasificar, etiquetar ni despreciar a nadie.

 Una vez más Él me desborda de alegría y me deja claro que su amor incondicional es para todos y su deseo máximo que yo como su hija lo encarne.

 Una vez más no quepo de amor al contemplarlo.

 Que cada año de mi vida sea suyo es mi anhelo final.

 Con amor total,
 Carolina.

Foto: Mauricio Mora