En verdad creo que este tiempo de reto mundial es a la vez un momento de gran oportunidad para Costa Rica.
Hemos sido conocidos por ser una comunidad pacífica y solidaria, pero también hemos pasado desapercibidos.
A cuántos les ha pasado como a mí, que les preguntan si en Costa Rica hay universidades, o que los presentan como provenientes de Puerto Rico una y otra vez a pesar de la constante corrección: no es Puerto Rico, ¡yo soy de Costa Rica, Costa Rica!
Viene la pandemia y les deja claro a ese puño de ignorantes que pensaban casi que andábamos en taparrabo que la realidad es bien distinta, y este pueblo es bastante más educado que cualquiera que se atreva a preguntar si aquí tenemos universidades, porque a nosotros la niña nos enseñó a usar el mapamundi y a conocer lo básico de las idiosincrasias extranjeras.
De alguna manera esta situación nos dio visibilidad como un pueblo educado, con prácticas en salud y democracia algo sofisticadas.
Percibo que eso despertó un orgullo de ser tico, que siempre había estado ahí, pero tímido, nos da vergüenza a veces ¨creernos mucho¨, como si fuera tonto soñar que somos la ¨Suiza Cetroamericana¨, porque lo ¨cool¨ es criticar, compararnos con las potencias y ahogarnos en nuestras falencias.
Pues bendito virus que vino a curarnos de la maña de quitarnos el complejo de ¨polos¨ auto serruchándonos el piso, que si nuestra medicina fuera como la cubana, nuestra comida como la peruana, nuestra televisión como la mexicana, nuestra educación como la chilena, nuestras películas como las gringas.
El covid 19 nos dio una razón para sentirnos orgullosos de ser quienes somos, más bonito aún, una razón para ponernos la camiseta e incomodarnos si es el caso por el bien común.
No decaigamos, este capítulo de la historia de Costa Rica tiene el poder de hacer transformaciones dramáticas que son naturales cuando la energía se concentra en construir más que en señalar.
Yo sé que es cansado, a mí me tiene agotada esto de limpiar las compras, las suelas de los zapatos, estar aislado de algunos seres queridos, no ir al cine, ver el mar de lejos o en fotos, pero si seguimos haciendo ésto bien, me atrevo a pensar que como país nos esperan grandes cosas.
No nos confiemos a medio camino, como población démosle el ejemplo a la Sele: no se puede bajar la guardia justo cuando creemos tener ¨la papa en la mano¨, porque la goleada puede ser inminente.
No hemos vencido la pandemia aun, la realidad es que la lucha debe ser mayor ahora que estamos más cerca que al inicio, esa debe ser la mentalidad si queremos hacer historia como una población que sin ejercito, oro, petróleo, ni grandes riquezas, sobresalió a nivel mundial por su disciplina.
Con amor,
Carolina
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