Irónico,
pero por años pensé que ignorar a esa loca sería mi pérdida de la cordura.
Por ahí y
por allá empecé a escuchar a místicos y sabios decir que no prestarle atención,
era como escuchar a Dios, y eso me llamó la atención.
Pero ella
misma me dijo: eso no es para vos, es para místicos y sabios, otro tipo
especial de ser humano. Vos sin mí no podés vivir ni un segundo.
Hoy sé que
lo anterior era una media verdad, que por media, me la creí entera, gran y común
error.
Si hay
algo que rescato de los grandes sufrimientos, es que nos destruyen las medias
verdades, porque el dolor sólo se alivia con la fuerza de la verdad.
Y así fue
como descubrí que no es exclusivo de místicos y sabios el aprender a distinguir
cuál es la ¨loca de la casa¨ (como la llamó Santa Teresa) que nos roba la paz
en la mayoría de las ocasiones:
¨Los locos no están en los manicomios, si no que
andamos bien sueltos en el mundo (…)
Toma usted aquella infamia que le hicieron
hace tres meses, comienza a darle vuelta, a remover, a amargarse, se enfurece
y descargas de adrenalina.
Es usted en este momento quien se está creando el
disgusto, no hace tres meses, en este momento, por obra y gracia de su loca
cabeza(...)
Sea sabio, deposítelo en las manos de Dios con silencio en
la mente.¨
Ignacio Larrañaga.
¨Es probable que yendo por la calle te hayas
encontrado con personas ¨locas¨ que hablan sin parar.
Bueno, pues eso no es muy
diferente de lo que tú y todas las demás personas ¨normales¨ hacen, excepto que
no lo dicen en voz alta. La voz comenta, especula, juzga, compara, se queja (…)
Muchos viven con un torturador en su cabeza que
les ataca y les castiga, agotando su energía vital. Ese parloteo causa una
enorme cantidad de dolor e infelicidad, y también de enfermedades (...)
Pero hay buenas nuevas, puedes liberarte de tu
mente que es la única verdadera liberación¨ Eckhart Tolle.
El
escritor recomienda desenmascarar la voz de la mente, haciendo conciencia
de que no somos ella, y no tenemos por qué identificarnos con la misma.
En sustancia Larrañaga y Tolle se dirigen hacia
la misma idea de fortalecer esa parte nuestra en la que reside Dios, y
escucharla mucho más a menudo que a nuestra mente.
Por hoy sólo lo dejo con una tarea: cuando tenga
pensamientos nocivos, sin juzgarlos, tome distancia de los mismos y entienda
que su verdadera esencia no tiene porque identificarse con ellos.
Lo reto a que descubra lo que pasará.
Con amor inmenso,
Carolina.
Foto: Mauricio Mora
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