La evolución de la mente y sus efectos
Piense ya mismo en algo que va a hacer mañana.
¿Ya?
La capacidad de concebir eso es lo que lo distingue a usted del resto de organismos vivos como bacterias, peces, reptiles, etc.
Usted y yo podemos proyectar en una línea de tiempo eventos pasados y futuros.
Esa es de hecho una de las características que nos hace la especie más poderosa del planeta, a pesar de que no somos los más grandes ni fuertes.
Por un asunto de superación y sobrevivencia nuestros cerebros han evolucionado más y más hacia esa capacidad.
El asunto es que como todo, en exceso se vuelve dañino, y los efectos del cerebro parlanchín que no deja de proyectar miles de escenarios, tiene años de robarle paz, felicidad y eficiencia a la raza humana.
¿Y si no respóndame por qué
el uso de drogas ilícitas y
el abuso de alcohol sigue en aumento año a año alrededor del mundo?
No hace falta ni mencionar que el consumo de dichas sustancias no solucionan los problemas prácticos si no que los empeoran, eso todos lo sabemos.
Pero es el recurso al que miles acuden, para lograr callar, por un rato al menos, al monólogo compulsivo cerebral que los agobia.
Y no me diga que no, pero todos alguna vez nos hemos visto tentados a calmar la mente con al menos una copa de vino.
Entonces piense detenidamente: ¿cuál es el verdadero causante del agobio y la tristeza?, ¿el problema en sí, o la película mental que nos hacemos respecto a él?
Estoy convencida de que la vida es más simple de lo que usted se puede imaginar, eso sí, como dice
Eckhart Tolle, debe aprender a utilizar su mente, en lugar de que su mente lo utilice a usted.
Sólo separe este instante del resto y recapacite, ¿qué problema tiene ya mismo?, no mañana, ni ayer, ni dentro de 10 minutos, ya mismo.
Ninguno verdad, y si se repite la pregunta a cualquier hora obtendrá la misma respuesta, porque en el presente sólo sobreviven las soluciones, lo que se puede ejecutar. Los problemas, viven en el espejismo del pasado o futuro.
Realmente es fundamental que aprendamos a distinguir entre tiempo práctico: el que nos permite planear, organizar y es muy útil, y el tiempo psicológico: encargado de hacernos revivir eventos dolorosos o vivir tragedias que no han sucedido y tal vez nunca sucedan.
El próximo martes ahondaré en la diferencia entre esos dos conceptos, y como a mí me cambió la vida entenderlos.
En verdad deseo que usted que amablemente toma de su tiempo para leer logre ser más pleno cada día, con el sólo hecho de que juntos abracemos verdades que por obvias, al menos yo, olvidé en ciertos momento y ahora atesoro.
Y es que no lo digo yo, lo dijo Jesús y cada día lo compruebo más: ¨La verdad os hará libres¨. Juan 8:32.
Con enorme placer y cariño,
Carolina.
Parque Emerson Point. La Florida. Foto: Carolina Ureña.
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