Cada vez más joven

Foto: Mauricio Mora.

 ¿Cómo no asegurar que cada vez estoy más joven? Si frecuentemente le digo a mis amigos que estoy viviendo mi segunda niñez.  Y no exagero, lo digo con toda sinceridad.

 Antes peleé con mi edad, pero ahora siento que cada año simplemente le agrega créditos al currículum vítae de mi alma y la embellece.

 Incluso hice las pases con las arrugas, que aparezcan cuando tengan que aparecer.

 Ya no soy tan pobre como para creer que soy este cuerpo que habito y se arruga; soy mucho más: Un espíritu que aprendió a usar el tiempo a su favor.

 Cada día es de aprendizaje pero sobre todo de des-aprendizaje, el valor de lo obtenido con los años ni se compara con la riqueza infinita de la ligereza que me ha dejado el despojo.

 Encontré en lo poco evidente pero sencillo, la plenitud manifestándose a cada instante; y recordé que de niña ya lo sabía, por eso las montañas eran más que montañas y veía en ellas los colores del Realismo Mágico de Isidro Con Wong.

 Y tengo tiempo de nuevo para sorprenderme con una noche de luna, y volví a soñar despierta.

 Siento que Dios me está dando una segunda oportunidad para ser quien siempre debí ser: Yo.

 No mi cuerpo, no mis logros, no mis fracasos, no quien los demás piensan, no una construcción mental.

 Soy un alma que actúa con excelencia por amor y sin competir y que no quiere ni puede cargar con más que un instante a la vez.

 El Maestro, sin duda, todo lo sabía : ¨Dijo Jesús: Les digo que si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el Reino de los cielos.¨   Mateo 18, 3.

 ¡Qué hermoso, volví a ser niña y ya no peleo con lo años porque cada vez estoy más joven!

Con amor,

Carolina.