Ni sumiso ni agresivo: El hombre de mi vida es asertivo

Desde el pasado domingo los cristianos católicos nos encontramos celebrando el misterio de la Pascua.

 Por eso hoy quise hablar de mi fe, en un tono respetuoso e informativo.

 Quisiera que un no cristiano entienda que en mi caso y en el de muchas personas que conozco, la adoración hacia Jesús, no proviene de un emocionalismo ciego, si no de una convicción que pasó por distintas pruebas de razón y todas las superó: 

 Ni sumiso ni agresivo: El hombre de mi vida es asertivo

 Leyendo ¨Cuestión de Dignidad¨ de Walter Riso, un libro maravilloso que gira en torno a la asertividad, me doy cuenta de que el hombre de mi vida es el más perfecto caso de un ser asertivo.

 Veamos, según Riso una persona ¨es asertiva cuando es capaz de ejercer y defender sus derechos personales, como por ejemplo, decir ¨no¨, expresar desacuerdos, dar una opinión contraria, sin dejarse manipular, como hace el sumiso, y sin manipular ni violar los derechos de los demás, como lo hace el agresivo.¨

 Mi gran amor, tuvo la capacidad, apenas siendo un niño, de ¨situar en su lugar¨ a sus propios padres, eso sí, con el mayor de los respetos y sin emitir juicios de valor.

 Leamos Lucas 2, 48-49:

 ¨Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros?, le dijo María, ¡Mira que tu padre y yo te hemos estado buscando angustiados! A lo que Jesús respondió: ¿Por qué me buscaban? ¿No sabían que tengo que estar en la casa de mi Padre?¨ 

 He escuchado a estudiosos de La Biblia interpretar este acontecimiento como una progresiva y amorosa preparación de Jesús hacia sus padres, para todo lo que acontecería en el futuro, lo cuál tiene mucho sentido.

 Más adelante Riso asegura que ¨hay ocasiones en que es imposible producir un cambio en el entorno. En tales casos el comportamiento asertivo se dirige a la emoción y no al problema, es decir, a regular el estado emocional mediante la expresión honesta.¨ 

 ¡Qué maravilla! El dueño de mi corazón supo aceptar con eterna ¨elegancia¨ el sufrimiento, y tuvo la asertividad para expresarlo y buscar apoyo en su entorno:

  ¨Entonces Jesús les dijo: Mi alma siente una tristeza de muerte; quedaos aquí y velad conmigo. Y yéndose un poco más adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, aleja de mí este cáliz; pero que no se haga mi voluntad si no la tuya.¨ Mateo 26, 38-39.

 Por otra lado Riso explica que ¨muchas de las personas que intentan pasar de la sumisión a la asertividad se exceden de revoluciones y caen en la agresividad. No obstante, el mecanismo pendular sumisión-agresión, va acomodándose hasta encontrar un equilibrio funcional y saludable. Mientras ello ocurre hay que estar atento.¨

 Vaya que mostró maestría al respecto mi Buen Amor, según Lucas 20, 20-26:

 ¨Entonces empezaron a seguir a Jesús de cerca; le enviaron unos espías que fingieron buena fe para aprovecharse de sus palabras y entregarlo al gobernador y su justicia. Le preguntaron: ¨Maestro, sabemos que hablas y enseñas con rectitud, que no te dejas influenciar por nadie, sino que enseñas con absoluta franqueza el camino de Dios. ¿Está permitido pagar impuestos al César o no? ¨ Jesús vio su astucia y les dijo: ¨Muéstrenme una moneda. ¿De quién es esa cara y el nombre que tiene escrito?¨ Le contestaron: ¨Del César.¨ Entonces les dijo: ¨Pues bien, devuelvan al César las cosas del César, y a Dios lo que corresponde a Dios.¨ Con esto no pudieron atraparlo en lo que decía en público, sino que quedaron muy sorprendidos por su respuesta y se callaron.

 ¡Cuán imponente la figura del Sencillo Carpintero de Nazareth!

 Entre más me informo de teorías y creencias modernas o ancestrales, orientales u occidentales, más la respeto.

 Además de haber cambiado la historia, me robó por completo el corazón.

 Él es el único personaje histórico cuya personalidad incluyó en perfecto balance las mejores cualidades de los 4 temperamentos: sanguíneo, melancólico, flemático y colérico. 

 Ese ser, cuyas acciones y palabras son ejemplo del perfecto balance humano en todo nivel, ha sido el único además, en regresar a esta tierra después de la muerte, para dar testimonio de vida eterna y por eso yo hoy digo:

¡Está vivo! ¡Resucitó! ¡Qué alegría! 

Con amor,

Carolina.