Padres gigantes

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                                              Dibujo: Johan Brenes Este cumpleaños lo he querido celebrar con todo, y como no celebrar a este par de gigantes en mi vida.    Siempre han regado mi corazón con sencillez y constancia, lo extraordinario lo han hecho al hacer día a día lo ordinario, con inmenso amor, tantas veces en total silencio.  Un día de éstos un amable amigo de mi pueblo, Santa María de Dota, me pidió una foto de ellos porque los quería dibujar, éste es el resultado, me dijo que ellos siempre han sido muy amables con él.  Ellos son así y no tengo cómo agradecer a Dios el regalo de sus vidas. . . . . #padres #heroes #amordehija #losmejores #familia #family #fulllife #vidaplena #evolucion #fe #conscienciaplena #armonia #amor #plenitud #fiestadelavida #diosesbueno #alegriadevivir #gratitud #fulllife #peace #conciousness

Bendito duelo y sus fases

Negación
 Por mucho que te amaba, eras una carga, y los primeros días sólo pude ver el sol brillar un poco más.

 Me puse vestido y me fui de paseo.

 Una vez lejos del hogar, me sorprendió el frío, me vio a los ojos y me dijo: siempre estuve ahí, en el fondo lo sabías, debiste estar preparada. Soy parte del amor, que es tan sabio que no te salvará del sufrimiento.

 ¨El dolor dura, porque nos negamos a mirar su fuente.¨ John Verdon.

Negociación 
 Cuando al fin fui consiente de que el hielo sería parte de mi paisaje, mi inconsciente seguía en traje de baño, convencido de que podría incitar al verano a no dejarnos.

 Sentí una incomodidad que sólo se iba los ratos que lograba entretenerme, apostando con mi mente a que volverías, amándome como nunca me amaste.

 Era una cruel apuesta, pero al menos me mantuvo lo suficientemente cuerda como para no negociar con vos mi dignidad.

 Bendita conciencia de mi duelo, que me alejó de la autocensura.

 Me abracé a mi misma y me dije: todo esto no está bien, pero es normal y lo mejor de todo es que aunque no parezca, ¡pasará!

Depresión
 Con la razón, golpeó la punzadura del dolor.

 Esa agujita que había mantenido distraída entre las capas de mi cerebro, me bajó al pecho y se instaló de manera casi continua.

 De tanto quererte abrazar me dolía el cuerpo, y una vez más la humildad me aconsejó sentirlo así, y expresarlo libremente, aunque el orgullo gritara lo contrario.

 Sabía que el permitirme pisar terreno minado, me mantendría avanzando hasta suelo seguro.

 Fueron varios los espacios de luz en los que respiré un delicioso aire fresco, y justo en medio de la preparación para el canto de victoria… una fuerza casi fisiológica, atrajo hasta mi pecho de nuevo al aguafiestas desconsuelo.

 Las subidas y bajadas me llevaron a un cierto ¨irrespeto¨ hacia mi propio juicio, no distinguía el levantarme con el volver a caer.


                                             Foto: Mauricio Mora.

Aceptación 
 Ya cansada de negar, negociar y sufrir, solté todo, y la magia pasó.

 Desfilaron los meses y me sorprendí a mí misma siendo yo de nuevo.

 El caparazón viejo y seco atrás, era la prueba contundente, había cambiado de piel.

 ¨¿Y qué de la vieja serpiente que no puede librarse de su piel y llama a todos los demás desnudos y desvergonzados?
 ¿Y de aquel que llegó temprano a la fiesta de bodas y, cuando está cansado y harto, se aleja diciendo que todas las fiestas son inmorales y los concurrentes violadores de la ley? 
 ¿Qué diré de ellos sino que están también a la luz del sol, pero dando al sol la espalda? 
 Ven sólo sus sombras y sus sombras son sus leyes. 
 ¿Y qué es el sol para ellos, sino algo que produce sombras? 
  Profeta de Gibran.

 Entonces preparé el canto de victoria, y nadie llegó a estropearlo. Me subí en una silla y lo vociferé.

 Me lo merecía, fui valiente y me eché a la boca el duro bocado del duelo, con humildad y calma lo mastiqué y lo tragué, dolió a la entrada, dolió a salida, pero se fue.

 Y quedó tanto espacio libre, para bailar, sentir, cantar y vivir.

 ¨El que no ha sufrido se parece a una caña de bambú: no tiene meollo, no sabe nada. Un gran sufrimiento es como una tempestad que devasta y arrasa una amplia comarca. Una vez que pasó la prueba, el paisaje luce sereno y lleno de calma.¨ Ignacio Larrañaga. 

 Y por primera vez tuve la capacidad de decir: te deseo lo mejor, y no por obligación diplomática y sin en el fondo sentir lo contrario.

 Te deseo lo mejor, o sea, que Dios ilumine tus días, hoy sí lo digo desde el fondo de mi corazón.

 Y me siento invencible porque si amándote, no acepté tus migajas, es porque estoy lista para recibir amor del bueno y no conformarme nunca más con menos que eso, porque:

(Recomendado escuchar) ♪♫ ¨No es soberbia, es amor, poder decir adiós es crecer¨♪♫  Gustavo Cerati.

¡Bendito duelo, estandarte de valientes!

  Con amor,

  Carolina

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