Sin buscarlas he encontrado coincidencias entre los avances sobre el conocimiento científico del ser humano y los saberes de la Biblia.
Cada vez que me he topado con ellas, ha sido un placer inesperado porque parecieran cerrar círculos en mi mente sobre el valor y la razón de la existencia humana.
Leamos entre líneas:
¨Conserva la prudencia y la reflexión, serán vida para tu alma.¨ Proverbios 3, 21, 22.
¨Los romanos y la primitiva iglesia cristiana lo llamaron temperantia, templanza, el dominio del exceso emocional. El objetivo es el equilibrio, no la supresión emocional: cada sentimiento tiene su valor y su significado. Pero en efecto, mantener bajo control nuestras emociones perturbadoras, es la clave para el bienestar emocional; los extremos cavan nuestra estabilidad." Daniel Goleman. (1995). Inteligencia Emocional. USA: Editorial Javier Vergara. pág. 78.
Lo que Goleman describe como templanza, es lo mismo que los proverbios narran en dos palabras: prudencia y reflexión.
No me extraña que los Proverbios coincidan con el egresado y profesor de Harvard al respeto.
Los anteriores conceptos son pilares de una vida plena, porque generan de manera natural y fluida, aptitudes y decisiones que agregan valor profundo a la vida y la alejan del sentimiento de vacío existencial.
No quisiera que ni por un segundo piense que vengo a hablarle de reprimirse de vivir la vida intensamente, todo lo contrario.
¨Dichoso el hombre que alcanza la sabiduría, es mejor mercancía que la plata, produce más rentas que el oro. En su mano derecha trae largos años, en la izquierda honor y riqueza, sus caminos son deliciosos y sus sendas son tranquilas, es árbol de vida para los que la agarran.¨
Proverbios 3, 13-18.
¨Cómo señaló Aristóteles, lo que se quiere es la emoción adecuada, el sentir de manera proporcionada a las circunstancias. Cuando las emociones son demasiado apagadas crean aburrimiento y distancia; cuando están fuera de control y son demasiado extremas y persistentes, se vuelven patológicas, como en la depresión inmovilizante, la ansiedad abrumadora, la furia ardiente y la agitación maníaca.¨
Daniel Goleman. (1995). Inteligencia Emocional. USA: Editorial Javier Vergara. pág. 78.
¿Encontró coincidencia? Hay más de una, créame.
Se habla de un patrón de personalidad que se construye con la motivación de obtener mejores resultados en todos los aspectos de la vida:
¨Vengan a comer de mis manjares y a beber el vino que he mezclado. Dejen la inexperiencia y vivirán, sigan derecho el camino de la inteligencia.¨ Proverbios 9, 5, 6.
¨Postergar la gratificación y contener la impulsividad, sirve de base a todo tipo de logros.¨ Daniel Goleman. (1995). Inteligencia Emocional. USA: Editorial Javier Vergara. pág. 64.
La vida me ha permitido conocer personas muy distintas.
He conocido y tenido amigos que parecen tener puesta su mirada en los bienes que yo llamaría ¨superiores¨: la paz, el amor verdadero, una relación íntima con Dios, lazos familiares robustos, etc.
Ellos no carecen de problemas ni de momentos de tristeza, pero parecieran tener siempre un puerto seguro para reponer fuerzas, lo que los aleja la mayoría de veces del vacío existencial y la desesperación, por ende del abuso de sustancias o situaciones extremas.
He conocido y tenido amigos que no le ven sentido a postergar la gratificación, por lo que se inclinan más hacia los placeres inmediatos, el alcohol, tener relaciones sexuales en lugar de hacer el amor, las pasiones prohibidas, etc.
Entre este último tipo de personas encontré individuos empáticos y solidarios; maravillosos seres humanos que nunca me atrevería a juzgar.
Pero con tristeza he de admitir que con frecuencia noto en ellos una melancolía lejana, un anhelo eterno de algo superior, que muchas veces los lleva a evadir su realidad, porque en el fondo no han encontrado una razón real para su existencia.
Curiosamente ellos consideran que las personas prudentes y menos impulsivas, como las primeras que figuré, son aburridas y se están perdiendo de vivir la vida.
Lo que yo humildemente percibo es que quienes desechan las satisfacciones inmediatas, por tanto tal vez más obvias, entendieron que detrás de esa postergación están las verdaderas mieles de esta vida y las pasiones más reales: el sentirse eternamente amado por un ser Todopoderoso, la paz que no se muda, el amor verdadero, una familia unida.
Quizá ellos aprendieron que vale la pena porque vale la vida,
Con amor,
Carolina
Foto: Mauricio Mora.
Comentarios
Publicar un comentario