Y me dices que fui cobarde, y me dedicas
¨Óleo de mujer con sombrero¨ de
Silvio Rodríguez:
¨La cobardía es asunto
de los hombres, no de los amantes.
Los amores cobardes no llegan a amores,
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar. ¨
No sé a vos, pero a mí mi primer cana me enseñó que las sanas batallas del amor no son como la Gran Guerra del Paraguay:
El entonces presidente paraguayo, el Mariscal Solano, muy animoso, decidió luchar sin estrategia ni aliados, contra Brasil, Argentina y Uruguay juntos.
No sólo perdió terreno, si no que por poco extingue a los pobres Paraguayos.
Eso no es valentía, es brutalidad, así lo reconoce la historia y lo reconozco yo, que más de una vez fui el Mariscal de tonta valentía, tratando de pelear, la de antemano perdida batalla de querer cambiar a alguien.
A vos el gusto de la lucha por la lucha, te ha hecho sentir valeroso. Pero la lucha por la lucha entretiene y distrae al hombre del vacío que lleva dentro y no se atreve a explorar.
El valiente pelea con una meta clara, y cuando la consigue, persiste en mantenerla.
Disfrutaste de mi amor, lo tengo claro, pero no lo valoraste.
Mil veces busqué el momento adecuado y te lo expresé, una vez más no hubiese sido valor si no terquedad.
Sé que no sos una mala persona, sólo un hombre inteligente, engañado por el ego.
La inteligencia a veces hace pensar al ser humano que no necesita de la sabiduría.
Pero la sabiduría es la única que nos salva del ego y sus amargos frutos: el EGOísmo, el EGOcentrismo, la EGOlatría.
Y claro que tiene razón Silvio Rodríguez, la cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes.
Pero para perseguir imposibles no hace falta amor ni valentía, basta con el capricho.
Los amantes valientes construyen una relación y hacen que el amor sea posible en ella cada día.
¨Los amores cobardes no llegan a amores
ni a historias, se quedan allí.
Ni el recuerdo los puede salvar,
ni el mejor orador conjugar.¨
Con cariño,
Carolina.
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