¨Danos hoy el pan nuestro de cada día.¨ Mateo 6, 11.
¨Por tanto, no se preocupen por el día de mañana; porque el día de mañana se cuidará de sí mismo. Bástenle a cada día sus propios problemas. ¨ Mateo 6, 34.
Vivir el presente, Jesús no pudo ser más claro sobre esta lección que personalmente creo, es de las más poderosas cuando de vivir una vida plena se trata.
Bendito sea Jesús, por sus lecciones de riqueza indescriptible, y que Él bendiga a maestros como Facundo Cabral y Wayne Dyer, cuyas palabras me alcanzaron el corazón, más allá de la distancia de aquí al cielo.
¨Cuida el presente, porque en el vivirás el resto de tu vida¨ Facundo Cabral.
¨Ve por el ahora, el futuro no le está prometido a nadie.¨ Wayne Dyer.
La primera vez que me hablaron seriamente al respecto sólo pensé: ¿cómo puede ser alguien tan irresponsable de dedicarse a vivir el presente? ¡Qué locura, eso no es para mí!
Pensé que si lo hacía me parecería a los dos cerditos del cuento que con tal de echarse a descansar pronto, construyeron una casa que no aguantó ni el primer soplido del lobo.
Pero poco a poco aprendí que el tercer cerdito, el que construyó diligentemente su casa de ladrillos, posiblemente era el que estaba en más contacto con su presente, y por eso lo aprovechó al máximo.
Porque es así este arte: si estamos en ausencia del lobo, lo vivimos y disfrutamos plenamente pero también aprovechamos las condiciones favorables para la construcción.
Lo anterior dista mucho de quien vive y sufre por adelantado la visita de la fiera. Por miedo a ella queda inmovilizado y sin la claridad para ver posibles soluciones.
Probablemente a éste, el lobo lo encuentre muy ocupado en preocuparse, y sin herramientas para la protección.
Aprendí que vivir el presente no sólo es un acto responsable, si no que la única opción responsable, y por añadidura feliz, ya que nos libera de la culpa y el miedo, hijos del pasado y el futuro.
Asimilé que el ahora es lo único real, el pasado y el futuro son fantasmas, que nos llenan de impotencia, porque el control que tenemos sobre ellos es sólo imaginario.
El error ya cometido no cambiará por los siglos de los siglos, lo único efectivo que me queda es un ¨ya¨ para enmendarlo y evitar repetirlo.
Hay una sola forma posible de procurar un buen porvenir, y es estando atento al presente, sus posibilidades y oportunidades.
Preocuparse es humano y muchas veces inevitable, pero también totalmente inútil.
Me encantan las personas que sin posponer, cuidan en su presente lo que tienen, toman decisiones asertivas y las accionan diligentemente.
No son seres perfectos, pero sí más felices y eficaces, tal y como desde niños imaginamos al cerdito del cuento que construyó un refugio fuerte.
Es fácil, lo difícil es darse cuenta.
¡No lo posponga más, viva y disfrute hoy el poder de su ahora!
Con amor,
Carolina.
Foto: Mauricio Mora.
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