A mi héroe, a mi papá

En este día del padre y siempre,

 Yo crecí a la sombra de un sabio roble que me dio sustento y una sonrisa todas las mañanas.

 Fuerte y valiente para protegernos, pero delicado para corregirnos y guiarnos.

 Siempre supe que tenía un padre responsable y eso me hizo respetarte, pero cuando te bajabas a mi altura para ser cómplice de mis sueños y entender mis deseos, ahí te ganaste mi amor eterno.

 Lo más lindo que tiene mi corazón son tus enseñanzas, mi mayor riqueza es proyectarme siendo como vos, porque quiero imitar tu felicidad y la paz inmutable de tu caminar.

 Nunca podré pagarte como te mereces los miles de sacrificios, detalles y bondades con las que crecí creyendo en la belleza del alma de un varón.

 Pero permíteme hoy, intentar agradecerte papito.

 Por hacer realidad en nuestra familia la promesa del amor eterno.

 Por ser mi héroe y enseñarme que lo más poderoso en un hombre es su bondad.

 Por ilustrar claramente que cualquiera es macho, pero sólo un verdadero hombre como vos puede ser cabeza de hogar.

 Gracias por demostrarme que para levantarse cantando todas las mañanas sólo hay que ser millonario en serenidad.

 Gracias por enseñarme la diferencia  entre la vida y la muerte.

 En un mundo de pocas certezas, la mía es ser hija de un hombre que vivirá por siempre.

 Te ama,
 Carolina.

 Mi respeto a todos lo que se han atrevido a ser verdaderos padres, gracias por sembrar esperanza y amor en el mundo.