Hablemos querida amiga, con honestidad, si supieras lo bien que te entiendo, es una locura esto de encontrar la media naranja, y muchas veces nos ha causado dolores innombrables.
Pero no hay razón de avergonzarse, descubrí que aceptarlo es el primer paso a la salvación.
Foto: Mauricio Mora.
¿Cuál salvación?, podrás estar pensando, si es parte de la vida el deporte de sufrir por tener o por perder el amor.
Sí, yo también me lo creí, pero hoy bendigo a
Ethlie Ann Vare,
Lisa A. Romano y otros talentosos escritores, por hacerme entender que no es necesario, ni tan siquiera normal o sano, el sentir un vacío existencial si no tienes a alguien a tu lado haciéndote sentir deseado.
Sin importar cuantas veces escuches en las más populares canciones: ¨tú eres mi razón de existir¨, ni en broma te lo creas, si quieres ser libre de uno de los más comunes sometimientos de todos los tiempos: la adicción al amor.
Primero que nada es importante que entiendas que se le llama así por razones prácticas, pero en realidad es dependencia a la dosis extra de dopamina y otras hormonas corriéndote el cuerpo en los momentos de seducción y coqueteo.
El verdadero amor es incompatible con la adicción y viceversa, porque se parece más a una sensación sostenida de querer dar lo mejor a cada instante, que a picos hormonales que te llevan del cielo al infierno.
Necesitas entender de una vez y para siempre que ¨deseada¨ es tu naturaleza.
Existes y eso es porque Dios te quiso. Cada facción, interna y externa tuya, es su sabia voluntad hecha realidad.
Que no se te haga vicio el que alguien te lo recuerde a cada instante, guárdalo en tu corazón como lo hizo María.
El gris no reside en la ausencia de un supuesto amor, si no en tus ojos que no se atreven a ver más allá de lo que te sugiere la triste y falta de sal sociedad actual.
¨El ser humano raramente utiliza la mente, la mayoría del tiempo es la mente quien utiliza al ser humano.¨
Eckhart Tolle.
La mente es experta en etiquetar, resistir y juzgar, pero hay una sabiduría en ti que no proviene de ahí, si no del espacio interno que te conecta con Dios y es la única capaz de liberarte, porque te concientiza de la divinidad infinita del momento presente.
Esa sabiduría respira en el silencio mental y está deseosa de expandir tu vida a niveles que ni has imaginado.
Te aseguro que desde allí sólo un buen amor tendrá el poder de cautivarte.
Y si alguien te convence un día de caminar a su lado, será un viaje teñido de libertad, paz y confianza.
No hay gris que resista la belleza de una conciencia poblada de ser, poblada de Dios.
El verdadero amor nunca se va, sólo se transforma.
Vamos amiga, libérate, vuela en los brazos de Dios, del momento presente, del amor que nunca se fue, vive dentro de ti deseando salir y expresarse en cada flor y en todo lo que te rodea.
Dame a mí la alegría inmensa de verte así, tal y como Dios te planeó.
Con inmenso amor,
Carolina.
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