Mis mejores palabras de NO inspiración

 En momentos como hoy, tanta ha sido la energía invertida en ciertos retos, tanto el esfuerzo por mantener el temple y la concentración, que la inspiración de momento está dormida y yo decido dejarla descansar.

 Así que si planeaba leer hoy palabras llenas de inspiración, lo invito a que se aventure a leer todo lo contrario a continuación.

 Mi alegría y mi inspiración están en pausa, necesitan tiempo y ya no me peleo con ellas, se los doy cuando lo piden.

 Hacerlo así, es una de las más deliciosas lecciones que me ha enseñado la maestra vida, que no me deja de demostrar lo ignorante que soy, y lo mucho que tengo por aprender todos los días.

 Entendí también que desde acá puedo seguir escribiendo, respirando, trabajando, sonriendo cortésmente a los demás y lo más importante, disfrutando de todo lo anterior desde un estado, no de euforia, pero sí de paz.

Foto: Mauricio Mora

 Hoy, desde mi falta de inspiración por agotamiento, le escribo a usted para demostrarle que la paz de Dios es una dulzura que no se muda.

  ¨Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza. Quien a Dios tiene, nada le falta.¨ Santa Teresa de Jesús.

 Piense en los castillos que construyen las hormigas, obras de arte perfectamente distribuidas y diseñadas, ¿y cuándo ha visto usted a una hormiga acelerando el ritmo?

 Yo nunca, por lo que intuyo que su secreto está en la continuidad de su paso, diligente, despreocupado de los obstáculos e inmune a las distracciones.

 Espero que mi falta de inspiración no lo haya desilusionado, a mí no, porque me quiero parecer a quienes San Francisco de Asís llamaría, ¨las hermanas hormigas¨, y pasarle por encima, con paso continuo, al obstáculo del cansancio mental, avanzando hacia la meta de escribir todos los martes.

 A usted a quien la lucha también agotó, lo invito a no agredirse intentando estar siempre feliz; eso sí, sea como María, manténgase de pie frente a la Cruz y atento a la voluntad de Dios, le aseguro que una maravillosa e inexplicable paz lo envolverá.

  ¨Hay un tiempo para buscar y un tiempo para perder, un tiempo para guardar y un tiempo para soltar.¨ Ecleciastés 3:6

Con cariño,
Carolina