Un lazo de amor y sangre

 Una aventura, esta vida siendo tu hermana.

 Infinita la cantidad de colores, sueños y magia que has sumado a mi viaje.

 Tantas veces fuiste mis alas, tantas veces me salvaste del sin sentido, tantas veces vi en tus ojos el amor de Dios invitándome a seguir luchando, tantas.

 La corona de ser tu hermana no la cambiaría por ninguna otra llena de diamantes, porque amo ser tu princesa, y mientras lo sea, lo más poderoso de este mundo vivirá en mi corazón, el amor.

 Sé que tengo amig@s que son como herman@s, pero ell@s no tienen mis mismos lunares, mis mismos dolores, en los exactos lugares, es que eres sangre de mi sangre.

 El otro día me molesté porque te tuve que consolar por algo que me pasaba a mí.

 Perdón por molestarme, ¡Cómo pude olvidar que Dios me premio con esa amplificación de mi existencia que sos vos!

 De todas formas, en mis peores momentos, el sólo recordar que existes, bastará para levantarme el ánimo.

 Porque sé que si tengo tus mismos lunares, he de compartir al menos una parte de tu fuerza para enfrentar la vida con fe, esfuerzo y amor.

 Puedes estar triste o feliz, por mí o conmigo, de pie o en el piso, yo te amaré y protegeré incondicionalmente, porque eres un pedazo de mi alma, la más perfecta herencia de mis padres, su bondad depositada en un ser maravilloso.

 Sólo te pediré que nunca dejes de ser mi herman@, que nunca dejes de luchar.

 Con amor infinito,
 Carolina.