No será fácil ni tan siquiera entender cuáles son tus derechos, porque cuando te han envuelto así, perdés toda perspectiva de pertenencia, si ya ni sabés bien quien sos, qué vas a saber de tus derechos.
No será fácil reconocer racionalmente que algo anda muy mal, y más difícil será convencer a un corazón mareado, de dar vueltas en el círculo de amor y dolor.
Una sabe muy bien que llegó hasta ahí aceptando y que cuando ya no lo haga más, perderá ese cariño, que a veces te lleva al cielo aunque la mayoría de veces duela, y que además es lo único que te queda, porque por él lo apostaste todo.
Tomar la decisión de dejar de aceptar lo inaceptable, será quizás la más fuerte de tu vida, porque no es sencillo ver convertirse a lo que se sintió como amor, en el desprecio y ofensas de quien te conoce tan bien, que sabe cómo herir las fibras más hiper-sensibles entre las sensibles.
Pero mucha fuerza que eso es el comienzo, tenés además derecho a recuperar la paz y bebés hacer lo necesario para que las sombras del pasado no lo impidan.
Es importante que te des cuenta que no sos la única, lo que has sufrido se repite en la historia de los siglos y del mundo como un fenómeno social, y la resistencia a defenderse también.
Una entiende que merece justicia pero someterme a luchar contra quien a demostrado por años ser mil veces más fuerte que vos, suena casi más a sentencia que a derecho.
En muchos momentos te sonará mil veces más tentadora la opción de correr que la de enfrentar, pero no te equivoqués, huir es otra forma de perpetuar el abuso.
Lo perdido nunca lo recuperarás, pero si fuiste fuerte para amarlo con terquedad, sé fuerte también para demostrarle que tenés dignidad.
La fuerza te la dará Dios y esos seres mágicos, ángeles, que has aprendido a distinguir ahora más que nunca, porque han llorado con vos y harían todo por verte sonreír como antes.
Y se vale caerse mil veces, y se vale sentir la tristeza de que quien no sabe lo que vivistes te juzgue, y se vale llorar cada vez que lo necesités, y se vale a veces volver a sentir el terror, por sólo recordar.
Pero procura leventarte pronto, la posición de víctima no le luce a nadie, por lo mismo sacudite el polvo y luchá por lo que es tuyo, hacelo por vos y los tuyos.
Cuando al frente lo que tengás sean los pedazos de vos misma, algunos hechos polvo, tené fe.
Dios te ama tanto que si se lo permitís, el tomará cada partícula pulverizada y la pondrá cuidadosamente en su lugar, y quedarás maravillada de ver lo que pareció imposible, hecho una hermosa realidad.
Tené presente que sólo te librarás de un agresor, cuando le demostrés que recuperastes tu dignidad, ellos saben que ese es el verdadero y único final de su juego.
Verás atrás un día y darás gracias a Dios, porque habrás aprendido una lección que hará brillar el resto de tus días.
Tendrás plena seguridad de que puedes lograr todo lo que te propongás desde el amor, y jugando limpio con vos misma y con los demás.
Y no importará lo que digan o piensen los demás al respecto, la paz de saber que así lo hicistes, superará todo entendimiento.
Vamos, da el primer paso, que Dios va con vos.
Con cariño y empatía,
Carolina.
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