Este martes cumplo un año de escribir semanalmente y ha sido una experiencia preciosa, porque me ha unido a corazones hermosos, que como yo, ocupan bálsamo de vez en cuando.
Me gusta pensar amigo mío, que buscamos ese bálsamo porque somos del tipo que no vivimos la vida a medias, la sentimos plenamente, lo cual nos hace mágicos, pero a la vez vulnerables.
He intercambiado comentarios y mensajes con seres maravillosos, genuinos, yo diría que muy ¨vivos¨ y eso en este tiempo para mí es una de la mayores virtudes.
No tengo palabras suficientes para agradecer cada gesto de apoyo, pero sobre todo cada vez que usted leyó mis palabras y las interiorizó, porque para mí, llegar a un corazón con un mensaje de plenitud, significa más que el mundo.
¡Gracias, mil gracias!
Hace un año mi propósito de año nuevo fue escribir todos los martes, pero usted convirtió mi propósito en un placer de un tamaño insospechado.
Gracias por abrir su mente a mi intención de llevar fe, luz, fuerza interior y amor a otros corazones, como Dios lo ha hecho conmigo.
Gracias por ese acto de amor hacia usted mismo, porque es una locura ir por esta vida tan dispersa, sin motores que nos vuelvan a nuestro centro y nos revitalicen.
¨No sólo de pan vive el hombre¨, Mateo 4:4, necesitamos alimento para el alma si queremos dejar de sobrevivir y empezar a vivir.
Ese seguirá siendo mi propósito para este año, recordarle que es posible ser feliz y que de hecho para eso estamos aquí.
Ciertamente este viaje no es un jardín de rosas, pero de aprender a nadar graciosamente entre las olas de lo imperfecto se trata esta hermosísima vida, llena de oportunidades a como llena de momentos presentes para decidir amarse.
En este 2017 permitámonos creer en Dios, en nosotros, en la belleza, en la perfección de la imperfección, en el arte, tenemos que hacerlo y la mayor prueba de ello es que estamos vivos.
Hay un año por delante para vivir, para expresar nuestros sentimientos, para ser más niños y menos robots de la sociedad.
Si en algún momento lo llega a olvidar, aquí estaré cada martes para hacerlo despertar, lo prometo.
Con amor inmenso,
Carolina
Foto: Mauricio Mora.
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