Hoy decidí compartir con vos, lo que fue la experiencia de hace una semana, en la alfombra roja de la segunda telenovela costarricense ¨Fieras¨, en la cuál hice un papel pequeño.
De antemano y de corazón he de admitir que emocionante no fue (simplemente con los años me dejaron de emocionar ciertas cosas) pero sí divertido y de mucho aprendizaje.
Empezaré contándole que me invitaron con dos semanas de anticipación, y me mandaron un PDF de dos páginas con las instrucciones de tiempos, lugares y procedimientos.
Después de cierta indecisión, resolví ir, la verdad me pareció tentadora la idea de pasar la tarde en una Villa, con estilistas encargándose de maquillaje, peinado, uñas, como en las instrucciones se detallaba y terminó siendo en realidad.
Desde que me llegó la invitación tuve un tipo de lucha interna, porque voy a ser honesta, me parece un tanto sobre suntuoso el hacer una alfombra roja para una telenovela de pocos capítulos.
Creo que ciertamente merece ser festejado, pero tal vez de una forma más costarricense, sin tratar de copiar formatos.
Pero por otro lado me dije a mí misma, qué ¨cabrona¨ sos en menospreciar un esfuerzo de esa índole.
Porque una cosa sí le digo, desde que me mandaron la invitación lo sospeché y lo confirmé en el evento, había puesto ahí mucho empeño y todo estaba muy bien organizado.
Y bueno, llegué, me monté en la buseta junto con otras personas y el productor general de la telenovela, Hector Alfaro, quien notablemente triste me dijo: ¨Es muy fácil cacarear, lo difícil es poner el huevo¨, yo no entendí nada, pero conociendo el ambiente me imaginé por dónde andaba el asunto.
Efectivamente nos llevaron a la Villa y por ahí me terminaron enseñando un video que el director de la telenovela, Sergio Maldonado, publicó en sus redes un día antes, en el que dejaba muy mal plantado al productor general de la misma, y entendí la razón de lo que me dijo horas antes éste último.
Haga clic acá para ver el video.
La verdad no me corresponde a mí tomar parte y simplemente no es mi estilo, si fuera de decir cuál tiene la razón absoluta y cuál la culpa absoluta, diría que ninguno.
No creo en los absolutos y menos en temas tan complejos.
Varias lecciones si me llevé y son las que hoy me gustaría recalcar:
Aunque sea más doloroso por lo general ¨poner el huevo¨, siempre será más productivo que cacarear, en eso le debo dar la razón al productor, porque las personas que terminan haciendo la diferencia lo saben y lo distinguen.
Además entre más una persona ejecute, más corre el riesgo de equivocarse, y eso no es excusa para andar equivocándose por deporte, sí para aprender a elegir bien las batallas.
Pero ojo, elegir las batallas es muy distinto a no aspirar y quedarse con la falsa sensación de no equivocarse al no intentarlo, que a la larga se vuelve en frustración.
Simplemente hay que entender que entre miles de luchas y detalles importantes, están los vitales, los que se hacen con autenticidad, excelencia, amor, y que por tanto brillarán con luz propia aunque a muchos no les guste.
Con cariño y sinceridad,
Carolina.
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