¿Quién será capaz de hacerme feliz?

 Te apurás por conocer a la persona que al fin te hará feliz, pero la verdad es que si no la encontrás primero en el espejo, nunca nadie más será capaz de tal hazaña.

 Perdés el sueño por adquirir bienes materiales, pero esa sensación de vacío sólo te dejará en paz el día que realmente apreciés y agradezcás lo que hoy tenés.

 Llorás amargamente por el que ya no está, sin darte cuenta que el próximo que llorarás tal vez hoy esté a tu lado esperando a que lo valorés.

 En el brillo de sus ojos te espera esa magia que te convencerá de que lo que hoy vivís, es lo que debe ser, y lo que hoy tenés, es lo que necesitás, porque la vida no espera.

 Este minuto no es ensayo del siguiente, es único y no se repetirá por los siglos de los siglos.

 Despertá del sueño de que lo que fue o será es lo que necesitás para ser feliz.

 Decidirse a realmente vivir, sólo se puede hacer en el ahora, si no, deja de ser una decisión y empieza ser un plan que encontrará infinidad de razones muy ¨cuerdas¨ para posponerse.

  El momento presente siempre será perfecto, si te das cuenta de que es eterno e inmenso en posibilidades.

 Si te aventurás a vivir así, como Dios realmente lo planeó, el reto será tan satisfactorio como el alcanzar la meta.

 Es ridículamente fácil comprarle a la sociedad la idea que que nuestra identidad depende de personas, bienes, títulos, triunfos, etc, pero eso tiene otro nombre: ego y no te permitirá ser libre.

 Disfruta de todos los regalos de la vida sin identificarte por completo con ninguno.

 Camina liviano porque ser feliz es sencillo, lo difícil es darse cuenta.

 Con inmenso amor,
 Carolina.

Valle Central, San José Costa Rica. Foto: Carolina Ureña.