A los romeros del amor

 La vida me enseñó que el ego tira hacia la dirección contraria al amor, y que si te descuidás, él te hará cruzar una línea sin retorno.

 Porque por más verdadero el sentimiento, él sólo resiste a cierta cantidad de ego.

 De ahí que te aconseje que no le comprés engaños al enemigo de lo real y genuino.

 No quieras empequeñecerme para que quepa en tu bolsillo, ni tratés de ocultarme el mundo detrás de tus planes y elecciones para mí, porque a pesar de las dificultades llegué hasta aquí con mi propia agenda.

  Es mejor que sepás que eso nunca sucederá y tomés tu libre decisión.

 Nunca podrás reducirme porque nada se le puede quitar a quien nada tiene, a quien aprendió como María a alimentarse de desapego de lo terrenal.

 Nada hay más poderoso en la faz de esta tierra misteriosa que un anawin, un pobre de Dios, como lo fue Jesús y su Madre.

 Ellos entendieron que nada real podía ser amenazado, por lo que nada real les podía ser quitado.

 ¨Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, entonces mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos.¨ Juan 18:36. 

 Más bien ven, aplícame un poco de mi medicina, camina conmigo en una eterna romería hacia la Virgen, con un corazón deseoso de imitar su corazón y que el resto venga por añadidura.

 Ese es el ¨Evangelio¨ o sea, la buena noticia, podemos y debemos olvidar a las competencias de poder y control, nuestro reino va mucho más allá.

 El amor, la fidelidad, la entrega y humildad,  serán nuestra fortaleza y si no me crees date cuenta de que aún siendo tu brazo tres veces más grande que el mío, sé que te saqué de base, aun sin yo quererlo hacer así,

Con amor,

Carolina.