Las cenizas de lo que perdurará en el corazón

Hay lugares bonitos, porque la vida es bonita.
Hay símbolos de lo que vale la pena como el amor y la fe.
Y hay olores que transportan porque los recuerdos tienen esa magia.

Antier perdimos en Dota un lugar, un símbolo y un olor que nunca se podrán recuperar más que en la memoria.

La vida es así, y los elementos más valiosos suelen ser los más frágiles.

Hoy sólo me queda agradecerle a Dios por las Pascuas en Copey, si la celebración ya por sí sola es hermosa, no le puedo explicar lo que yo sentía al entrar a ese templo en sábado santo.

 El olor a madera antigua y el amor con el que el pueblo la decoraba impecablemente para la solemnidad, no le exagero, me sacaban todo el frío que hace en esas montañas del cuerpo.

 Me siento afortunada de que el tiempo me permitiera hacerla parte de mi historia, como lo es de la de mi padre y abuelos que vivieron años muy felices en esta comunidad.

 Si ya el escenario parecía de postal o de cuento, imagínese para un doteño como yo, que creció escuchando los relatos de la niñez feliz de su padre, al calor de un pueblo sano y seguro, que se desarrollaba alrededor de la iglesita, sus fiestas patronales y más.

 Sí claro, muy linda la Capilla Sixtina, pero ni ese ni ningún otro tabernáculo tendrá ese mismo calor, al menos para mí.

 Hoy le rindo homenaje al patrimonio cultural lamentablemente reducido a cenizas, pero más que eso me uno al sentimiento por un lugar que muchos tendremos siempre en el corazón,


Con sinceridad,
Carolina.