La política tiene eso de parecerse a la vida diaria.
Y con todo respeto pero a mí lo que está pasando en Venezuela se me parece a una agresión doméstica.
Los que estamos fuera del círculo sólo podemos ver un evidente sin sentido, un robo de las libertades, pero la verdad es que ninguna relación se sostiene del total vacío, aún las violentas se sustentan en algo.
Son lamentablemente, los manipuladores y agresores, quienes mejor lo saben y siempre encuentran ¨estupendas razones¨ de por qué es ¨necesario¨ violentar la libertad de sus víctimas.
Por ejemplo son expertos en magnificar y engrandecer los problemas que la libertad trae consigo:
Claro, en una sociedad libre habrán personas con más que otras; el Chavismo pretende cambiar eso con un modelo en dónde todos ¨comparten¨ todo, para crear igualdad. Y la verdad es que hasta romántico suena, lástima que va en contra de la naturaleza humana.
Caso aparte pero curiosamente parecido: el agresor doméstico que se encarga de hacer creer a su víctima de que la falta de libertad será lo que los mantendrá juntos, porque mucha libertad podría claramente tentarlos a ambos a dejar la relación o a cambiarla por otra mejor.
Lo que de afuera le puede parecer a los demás una barbaridad se convierte en un ¨estandarte¨ de fidelidad para las víctimas, que en muchas ocasiones ni tan siquiera se perciben como eso: víctimas.
Lo cierto es que en una clase habrán alumnos de 100, otros de 70, otros de 50, eso no quiere decir que al de 100 deberíamos quitarle puntos para el ¨pobrecito¨ de 50, simplemente el segundo tal vez deba esforzarse un poco más, o aun tenga lecciones que aprender.
Por otro lado, las relaciones interpersonales perfectas no existen, pero sí las que valen la pena, y esas se caracterizan por amor y fidelidad verdaderos, no forzados.
Así de sencillo señores, si el Creador nos dio libre albedrío, es porque por sello de fábrica fuimos creados para la libertad.
Si nos la coartan empezaremos a funcionar mal.
¡Despierta Venezuela, cuídate Costa Rica!
Con cariño y sinceridad,
Carolina.
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