Tu estupidez

 Foto: Mauricio Mora.

 Lo mucho que sabés se convirtió en tu estupidez.

¿En verdad pensás que tu cabeza lo podrá entender todo?

 ¿No te has percatado de lo intuitivo que hay que volverse para entender inclusive a las ciencias?

 ¿No te ha servido el ejemplo de grandes científicos que entre más profundo cavan más humildes y conscientes de lo que inevitablemente ignoramos se vuelven?

 Tus inconsistencias son del tamaño de tu boca cuando con ella insinuaste saberlo todo.

 Perdón pero es que perdí todo respeto por la burda soberbia, cuando la vida me enseñó que sólo hay sabiduría en donde hay apertura a lo desconocido.

 Al otro lado del ego, del orgullo, de la salida fácil y de lo obvio, está todo lo mejor de este universo.

 Me imagino que por eso en cada gran hombre que he conocido hay una eterna sed de verdad que lo supera a él mismo y a su apego por tener la razón.

 No se trata de saber mucho si no de saberse en capacidad de aprender de otros.

 Nunca se superó a sí mismo quien no aceptó su error o desconocimiento, porque la humildad es la inevitable antesala de lo nuevo.

 Y de nada vale obsesionarse con una hoja del árbol, si ignoramos la raíz y el tronco por dónde llega el sustento y en donde todos nos descubrimos siendo uno y siendo plenos.

 Por más experto y catedrático que seás, no olvidés que quien piensa que llegó ya empezó a devolverse.

 Todos al final somos lo mismo, peregrinos de un mundo misterioso, hermoso, e infinito.

 En este nuevo año que inició, hacéle el favor al mundo y a vos mismo de no olvidarlo.

 Con cariño,
 Carolina.