¿Pensando en ser infiel?

 Si está pensando en ser infiel, encuentre aquí el consejo de una amiga.

 En serio que no le vengo a hablar con moralismos ni santulonadas.

 De hecho eso me encantaba del maestro Ignacio Larrañaga, que tuvo la sensatez de no hacer de los valores reglas a seguir para martirizarse la vida.

 Escuchándolo a él fue donde yo terminé de entender que si no quiere hacerle daño a su pareja, hijos y familia siendo infiel, todo lo que tiene que hacer es asegurarse de que no se den cuenta, simple.

 De una u otra manera les perjudicará pero aun están lejos de ser las peores víctimas.

 La verdadera crudeza de la infidelidad reside en que el más afectado no se salva del daño ni guardando los trapos sucios en el núcleo interior de la tierra, porque ese es el infiel.

 A éste nada ni nadie podrá salvarlo de la zozobra, ni del complejo de inferioridad emocional que empezarán a ahondar en su interior.

  La realidad es que el amor duradero se sostiene de una comunión de almas que se saben merecedoras de respeto, si eso falla, cualquier relación se convertirá en un tedio.

 Vea, yo le diré algo, esta vida es una delicia cuando uno la llena de amor, pero sin ¨cochinadas¨, que alcance para todos, Dios, el prójimo y muy importante, usted mismo. 

 Cuídese, chineese, procúrese mucha paz, su cuerpo y alma se lo agradecerán.

 Por eso recuerde que la fidelidad no es un sacrificio por alguien más, si no que uno de los mayores actos de amor propio que se puede regalar para alcanzar una vida plena.

 Con inmenso amor, 
 Carolina.