Aprende a distinguir, soy buena, no víctima

 ¿Viste en mí una buena persona?
 No te equivocaste, eso fue lo que crecí viendo, eso es lo que soy, lo digo sin soberbia y con alegría.

 ¿Creíste que podías engañarme?
 No te confundas, aunque soy muy selectiva con mis batallas percibo tanto o más que el que constantemente se queja.

 ¿Me vas a mentir?
 Distingo a distancia a las mentiras y las desprecio casi tanto como a las medias verdades.
 Pero tranquilo, que de eso a que utilice mi tiempo en reclamarte hay mucha diferencia.
 Eso sí, cuando esté siendo feliz con los que no me mienten, no interrumpas preguntando dónde estoy y qué me he hecho.

 ¿Te pareció que podrías transgredirme?
 No lo intentes, que lucho con tesón por el bien de los míos, incluyéndome.

 ¿Quieres darme la mano?
 Yo te daré la mía, mi mayor riqueza en este mundo reside en los seres maravillosos que me acompañan en esta aventura, que es hermosa gracias a ellos.
 Si quieres sumarte, estaré feliz, seré aun más rica.
 Porque ellos son humanos y se equivocan, pero siempre suman, siempre unen.

 ¿Quieres restarle a mi existencia?
 Ni tan siquiera te voy a juzgar, pero suelta mi mano.
 Te daré mi respeto pero no mi tiempo, es lo más valioso que tengo porque me sirve para amar. 

 Aprende a distinguir, si soy buena es porque antes aprendí a no ser víctima, y me quedé con todo el amor para dar.

Con cariño,
Carolina.

                                                                             Foto: Mauricio Mora.